USS Oriskany – Golfo de México, Estados Unidos.

El coloso que cambió la vida marina en el Golfo de México.

La historia del USS Oriskany parece escritas por el mar mismo. Un gigante de acero que surcó los océanos durante décadas, y que hoy descansa bajo las aguas del Golfo de México, convertido en uno de los arrecifes artificiales más grandes y exitosos del mundo.

Este antiguo portaaviones estadounidense, lejos de ser olvidado, encontró una segunda vida como santuario marino.

De guerra a vida

El USS Oriskany, apodado “Mighty O”, fue un portaviones de la clase Essex comisionado en junio de 1950 desde el New York Navy Yard.

Tras un ambicioso programa de modernización (SCB-27C/SCB-125) que le dotó de cubierta de vuelo angulada y “hurricane bow”, participó en dos despliegues de combate durante la Guerra de Corea como parte del Task Force 77, realizando misiones de apoyo aéreo y bombardeo costero.

Reactivado para la Guerra de Vietnam entre 1966 y 1969, operó desde la estación Yankee Station al mando de escuadrones de A-4 Skyhawk y A-1 Skyraider. A lo largo de su carrera acumuló 10 estrellas de batalla (2 por Corea y 8 por Vietnam) y albergó a más de 30 000 marinos y aviadores, forjando tradiciones de camaradería y servicio naval.

Dado de baja en 1976 y retirado oficialmente en 1989, el Oriskany evitó el desguace al fracasar un proyecto de museo por costes elevados.

Finalmente, en mayo de 2006 se hundió de forma controlada a 22 mn al suroeste de Pensacola, Florida, para convertirse en el “Great Carrier Reef”.

Hoy su casco es un refugio para corales, esponjas y peces como meros y tiburones nodriza, además de atraer buceadores e investigarse como laboratorio vivo de restauración marina.

USS Oriskany
Mediante explosiones el USS Oriskany inicia su camino hacia su nuevo hogar

El hundimiento planeado del USS Oriskany

El proceso no fue simple. Tuvieron que pasar más de tres años de planificación, limpieza exhaustiva para remover materiales tóxicos como PCBs, pinturas y combustibles, y muchas conversaciones entre agencias estatales y federales.

Finalmente, el 17 de mayo del 2006, el USS Oriskany fue hundido de forma controlada a unas 22 millas náuticas de la costa de Pensacola, Florida.

La imagen es inolvidable: un gigante de 273 metros de eslora desapareciendo bajo las olas, en perfecta vertical, como si supiera exactamente cuál era su nuevo propósito.

El hundimiento planificado del USS Oriskany fué un éxito. El acorazado se encuentra hoy en el fondo albergando vientos de especies marinas.

Nace el “Great Carrier Reef”

Apenas pasaron semanas antes de que los primeros signos de vida empezaran a aparecer. Corales, esponjas, bancos de peces y tortugas comenzaron a encontrar refugio en la enorme estructura del buque.

En poco tiempo, buzos y científicos empezaron a llamarlo el “Great Carrier Reef”, en alusión al famoso Great Barrier Reef de Australia.

Lo que había sido una plataforma para la guerra se convirtió en una base de vida y biodiversidad.

Hoy, los buzos pueden sumergirse entre los angares del USS Oriskany, sus torres y corredores, acompañados por meros, barracudas, rayas y a veces hasta tiburones.

La estructura está a unos 65 metros de profundidad en su punto más bajo, lo que lo hace accesible tanto para buzos técnicos como recreativos con experiencia.

Impacto real, medible y replicable

Más allá del atractivo para el buceo, el USS Oriskany ha demostrado que los arrecifes artificiales bien planificados funcionan. Aumentaron las poblaciones de peces en la zona, mejoraron las oportunidades de pesca sostenible y generaron un boom en el turismo de buceo, trayendo beneficios económicos reales para la comunidad local.

Este proyecto también sirvió como prueba de concepto para otros esfuerzos similares en todo el mundo. Nos recuerda que los barcos hundidos no tienen que ser un problema; pueden ser parte de la solución cuando se hace bien.

Lo que podemos aprender

Lo que más me inspira de esta historia no es solo la escala del proyecto, sino su visión a largo plazo. Transformar algo que ya no servía en una plataforma de vida es una metáfora poderosa para lo que queremos hacer con NewReef.org. El USS Oriskany demuestra que si respetamos el mar y lo escuchamos, él sabrá qué hacer con lo que le damos.

No se trata solo de hundir barcos. Se trata de construir futuro, de restaurar lo que hemos dañado y de hacerlo con inteligencia, ciencia y respeto.

DANOS UNA MANO

Apóyanos y ayudá a transformar el fondo del mar hoy!