SS Thistlegorm – Mar Rojo, Egipto.

El buque fantasma de la Segunda Guerra Mundial que cobró vida bajo el mar rojo.

El SS Thistlegorm es, sin duda, el buque que más me impacta en el mundo de los arrecifes artificiales. Su historia es vibrante: de transportar armas y vehículos militares a convertirse en uno de los arrecifes más famosos y biodiversos del Mar Rojo.

El SS Thistlegorm
Buzo observando motocicleta en El SS Thistlegorm

De carguero a cápsula del tiempo

Construido en Inglaterra en 1940, el SS Thistlegorm zarpa de Glasgow con una carga monumental: camiones Bedford, motocicletas Norton y BSA, trenes de vapor, botas Wellington, aviónica y munición para tropas aliadas en Egipto. Su misión, vital. Su destino, trágico. En octubre de 1941, un ataque aéreo alemán lo hunde en el Golfo de Suez, justo frente a la península del Sinaí. discoveny.com+14Wikipedia+14diventures.co+14

Décadas más tarde, fue redescubierto por buzos, y desde la década de los noventa se ha desarrollado como refugio subacuático único: una cápsula en tiempo real, donde historias de guerra conviven con corales y peces.

El SS Thistlegorm: En octubre de 1941, un ataque aéreo alemán lo hunde en el Golfo de Suez

Lección del mar rojo

En escasos 30 metros de profundidad, el casco yace partido por la explosión, creando espacios accesibles para buzos recreativos. Dentro del SS Thistlegorm aún se ve la carga original: motocicletas alineadas, camiones oxidados, cajas de munición y partes de trenes… como si hubiera sido dejado en pausa en 1941. WikipediaZuBlu

Poco a poco, corales, esponjas y bancos de peces comenzaron a cubrir todas las superficies, transformando el Thistlegorm en un vibrante arrecife artificial. Alrededor de 71 especies distintas de peces habituales de arrecifes naturales han sido registradas en este sitio, demostrando su éxito ecológico.

Hoy el buque es hogar de una gran cantidad de vida marina

Un sitio de inmersión legendario

Sumergirse en el Thistlegorm es adentrarse en un verdadero museo submarino que combina la imponencia de un carguero de la Segunda Guerra Mundial con la explosión de vida que hoy lo habita.

A apenas 30 metros de profundidad, el casco oxidado se alza como una catedral de acero, donde los pasillos de carga y compartimentos abiertos invitan al buzo a explorar las bodegas que un día transportaron armas, camiones y motocicletas.

El juego de luces que filtra el sol a través de las escotillas crea sombras danzantes sobre los restos, transportando a quien lo visita a otra época.

La fusión del coral con los elementos metálicos ha dado lugar a un ecosistema único: sobre vigas fracturadas y motores sumergidos proliferan corales blandos y duros que ofrecen refugio a un sinfín de especies. Anguilas morenas asoman la cabeza entre tuberías corroídas, mientras bancos de fusileros plateados se dispersan al paso del buzo.

No es raro encontrarse cara a cara con meros gigantes, pejesapos reposando en las cubiertas, o incluso algún tiburón de arrecife que patrulla el perímetro exterior. Cada inmersión revela rincones nuevos: montones de munición cubiertos de anémonas, latas de conserva incrustadas en capas de corales, y el inconfundible perfil de una motocicleta militar convertida en escultura natural.

Para la comunidad de buceo mundial, el Thistlegorm no es solo un destino turístico, sino un laboratorio vivo de resiliencia marina. Expertos en biología y arqueología submarina coinciden en que este pecio ha demostrado cómo las estructuras sumergidas pueden acelerar la regeneración de arrecifes degradados, sirviendo también de centinela para el estudio de especies en peligro.

Año tras año, revistas especializadas y guías de buceo lo sitúan en lo más alto de sus listados: un santuario de historia, aventura y conservación que, tras ocho décadas bajo el mar, sigue sorprendiendo a cada nueva generación de exploradores.

¿Qué nos inspira este caso?

  • Resiliencia y renacimiento: un carguero de guerra hundido por bombas ahora es hogar de vida abundante. Esa dualidad siempre me conmueve.
  • Accesibilidad equilibrada: su profundidad moderada y pasillos amplios ofrecen una gran experiencia a buzos certificados que no necesitan formación técnica extrema.
  • Equilibrio de conservación e historia: la limpieza inicial fue mínima (no fue hundido adrede con fines ecológicos), pero la acción humana consciente ha permitido que el sitio se mantenga y se regule adecuadamente.
Aunque su hundimiento no fue con fines ecológicos, hoy sustenda la vida marina y ofrece una experiencia única a quienes lo visitan.

Inspiración para NewReef.org

Esta historia encarna la filosofía de NewReef: transformar estructuras con pasado en espacios vivos. El SS Thistlegorm nos enseña que el valor patrimonial y la biodiversidad pueden coexistir, inspirando proyectos donde la restauración de ecosistemas se alía con la memoria histórica.

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